Sandra García: «La tienda de proximidad está siendo valorada por el cliente»
La cooperativa Alsara lleva desde los años 60 siendo referente entre los comerciantes de la alimentación y, por supuesto, sus clientes. La empresa ha sido reconocida en los premios Cordobeses del Año en la categoría Economía y Empresas.
– ¿En qué momento se encuentra Alsara?
Los orígenes de Alsara, que están en la cooperativa San Rafael, se remontan a hace casi 60 años. Nuestro objetivo como empresa siempre ha sido proporcionar a nuestros asociados los servicios y herramientas para competir y permanecer en el mercado, en el sector de la distribución. Esto nos ha permitido a nosotros, como cooperativa, ir creciendo. Hemos crecido en número de tiendas, zonas de influencias, instalaciones y, sobre todo, en empleados y asociados. Eso significa que la gente confía en nosotros. Actualmente, estamos ubicados en más de 1.000 puntos de venta en Andalucía, Extremadura y parte de Castilla-La Mancha. Y me gusta destacar que estamos en zonas rurales y en barrios, nosotros somos tiendas de proximidad, de cercanía, es ahí donde nuestra labor como comerciantes se demuestra que es esencial. La consolidación de Alsara, de su crecimiento, ha venido siempre de la mano de los comerciantes que son los que verdaderamente conocen a sus clientes, el surtido más adecuado de su zona y las características de la población. Alsara está ahora mismo en un momento de crecimiento y en un momento estable a nivel de facturación.
Parece que muchos nos dimos cuenta de la importancia de ese comercio de cercanía durante la pandemia.
En aquel momento mucha gente se dio cuenta de que tiendas y servicios como el nuestro, que estamos ubicados en zonas donde otras cadenas con mayor renombre no llegan por cuestiones económicas, tienen otra serie de objetivos. Esos objetivos son la atención al consumidor. En pequeñas poblaciones donde la economía no es lo que prima, sino prestar el servicio de cercanía, nosotros sí llegamos. Eso, a la larga, está siendo reconocido. La tienda de proximidad está siendo valorada por el cliente porque nuestros socios no solamente en época de pandemia se volcaban en sus tiendas, sino que daban un servicio cuando todo el mundo estaba confinado en su casa. En esa etapa, que parece muy remota, el comercio de proximidad como nosotros lo entendemos se valoró. Y en las zonas rurales donde solo hay una tienda de Alsara nuestros camiones llegaban. La tienda de proximidad ha ganado enteros gracias al servicio que ha prestado en la pandemia. No me gustaría recordar esa etapa, pero siempre que hablamos de eso mis palabras son de orgullo y reconocimiento a quienes desde Alsara trabajábamos día a día.
Valorar esa proximidad es, realmente, volver a lo de siempre, a lo de toda la vida.
Sí, al final esa es nuestra razón de ser y no podemos olvidar nuestros orígenes, que son dar servicio y atención personalizada a nuestros asociados. Esa es la forma que nosotros tenemos de consolidarnos, no podemos olvidar nuestra forma de ser. Lógicamente, una cooperativa es un negocio, pero para nosotros, nuestros clientes son nuestros asociados, les prestamos servicio, asesoramiento y acompañamiento y ellos, a su vez, a sus clientes finales, que son nuestros consumidores, les podrán dar un buen precio y un servicio y atención personalizados. Muchas veces nos dejamos embaucar por grandes superficies que nos traen productos que no sabemos de dónde son a unos precios ínfimos y nos olvidamos de que los mejores productos están aquí. Tenemos que pagar un precio justo por esos productos, no irnos a otros países a traer lo que ellos no quieren y encima malvender lo nuestro. Hay que volver a la esencia porque lo que nuestros padres y nuestros abuelos hacían, seguramente, era más sano que lo que nos quieren hacer ver ahora. Nuestra forma de ver el negocio es eso, la cercanía y, además, con eso evitamos movimientos inútiles y energéticamente es mucho más ecológico, el comercio de cercanía tiene muchísimas más bondades.
En cuanto a los precios, estando en un escenario de inflación, ¿cómo los han manejado?
Cuando existe una época de inflación, la facturación va a crecer. La propia subida del precio de los productos provoca que la facturación, de una manera artificial, suba. Alsara, en tema precios, lo que quiere es abastecer a sus socios a un precio competitivo. Eso se hace planificando bien las compras y gestionando un buen almacenamiento de tal forma que en la central se consigan soportar los incrementos de costes y así se retrase la subida de precios el mayor tiempo posible a los socios y, por ende, al cliente final. La subida de precios se tiene que producir, pero de una forma contenida, más estable. Asumimos de forma progresiva los continuos cambios de precios de los productos. Entendemos que la contención de precios mediante la gestión de compras y la gestión de stock permite que no existan esas fluctuaciones grandes de precios. La clave está en mantener una política estable de precios y que sea barata en su conjunto.
Hablamos de la crisis del covid o de la inflación, y también venimos de una fuerte subida energética derivada de la guerra entre Rusia y Ucrania, ¿cómo se sobrepone una empresa como Alsara a todos estos envites?
Nosotros no somos un sector al uso, el sector de la alimentación es de primera necesidad. Son productos que queramos o no, tenemos que consumir. Nosotros hacemos compras pensando en productos básicos, a nuestros socios, por ejemplo, no les ha llegado a faltar aceite ni de oliva ni de girasol y a precios no desorbitados. Y hablamos de crisis de energía, pero el problema acuciante que tenemos ahora es el agua, como no llueva vamos a tener un problema mucho más serio que cualquiera de los anteriores. Con todo ello, hemos conseguido sobreponernos a todos esos problemas aprendiendo de épocas pasadas y trabajando. Hemos intentado comprar bien. Por ejemplo, en pandemia, sabíamos que no íbamos a poder tener todos los tipos de leche en todos los formatos, pero en ninguna de nuestras tiendas faltó leche o no podíamos tener aceite de medio litro, de uno, de dos o de cinco, girasol, virgen, virgen extra… pero sí tuvimos siempre aceite de oliva y de girasol.
¿Cómo va el proyecto de Alsara para Huerta de Santa Isabel?
Está previsto para este 2023. Se trata de un nuevo modelo de negocio que surgió hace ya un tiempo. La idea era ubicar entre Huerta de Santa Isabel, un barrio nuevo, y Miralbaida, uno consolidado, el centro comercial Alsara. Es un supermercado de unos 1.500 metros de superficie que dará servicios a una zona que no los tiene y otra serie de locales que se demandan allí. La parcela es de unos 6.000 metros, no es un gran centro comercial, pero para nosotros sí es un modelo de negocio nuevo. – ¿Qué supone para Alsara el reconocimiento en los Cordobeses del Año? – Es un orgullo para todos los miembros que formamos la familia Alsara. Es un reconocimiento al esfuerzo de nuestros detallistas, empleados, colaboradores y de todas las personas que a lo largo de estos años han hecho posible que se afiance nuestra cooperativa. Lo recibimos con un enorme agradecimiento y una gran responsabilidad que nos obliga a seguir trabajando día a día y a hacer las cosas bien.
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